Basado en hechos imaginarios: Escritura (VII): Los pilares de una novela

25 dic 2015

Escritura (VII): Los pilares de una novela

Un grano no hace granero pero ayuda a su compañero

Hoy vengo a daros algunos consejos sobre cómo escribir una novela. Nada de esto me lo he inventado yo ni vengo a daros la panacea que hará de vuestras novelas obras imperecederas. No. Yo solo vengo a deciros quién es quién en toda obra literaria. Hablo de los pilares sobre los que se sustenta la estructura narrativa y qué papel desempeñan cada uno de ellos en el proceso de creación.



¡Empecemos! Para escribir una novela lo primero debería ser la idea. FUNDAMENTAL. Es la chispa que enciende nuestro fuego creativo. Pero mucho cuidado, la idea no es ni el argumento ni la trama ni el tema. Eso viene después. La idea es algo tan simple como...¿si matar zombies es chungo hoy en día qué pasaría si tuvieran que hacerlo los egipcios? Todos los días jugueteando con momias y preocupándose por el Más Allá...ahora sí que hay preocuparse, sí. Son cosas como esta de dónde parten nuestras novelas.
Una vez tengas tu idea deberías pensar en todo lo que viene. Si decíamos que la idea era la chispa, sin duda todo esto es la leña:
  • Tema: Es esa idea abstracta que acecha a los personajes y la historia. ¿Tu novela trata sobre la muerte, una crisis existencial, el sufrimiento de los pobres, la agonía de ser feliz, la superación personal, el valor de la amistad, la venganza o una mezcla de todo? 
  • Argumento: ¿Qué ocurre en tu novela? Es la historia que pretendes contar, el qué. Un día de finales de agosto Marcelino volvía a casa andando agotado de su jornada intensiva cuando encontró una bolsa del Corte Inglés junto a un contenedor. No le hubiera llamado la atención de no haber visto los billetes de cien euros que asomaban en la abultada bolsa... Así podría empezar una historia en la que el pobre Marcelino decide quedarse el dinero y empieza a ser perseguido por un grupo de traficantes portugueses que quieren recuperar su dinero honradamente obtenido con la trata de blancas. El argumento tampoco es algo definitivo. Tal vez en vuestro primer borrador el argumento era muy distinto al que finalmente ha resultado ser porque a medida que avanzabas te diste cuenta de que tu argumento era mejorable. Esas cosas pasan. También te darás cuenta de que tu idea inicial no cambiará. Es eterna.
  • Conflicto: ¿Qué pretenden conseguir tus personajes y qué les motiva? Hay un argumento sí, un trasfondo, pero en el vasto mundo que has creado hay personajes a los que estos sucesos les resultan indiferentes y hay otros que les afectarán a un nivel muy íntimo. ¿Por qué? ¿Qué ha sucedido en sus vidas que las ha cambiado por completo? ¿Han perdido a alguien y buscan respuestas? ¿O acaso han abierto los ojos a una verdad oculta?
  • Trama: ¿Cómo se desenvuelven tus personajes? ¿Qué harán cuando sus intereses choquen? Esto es, sencillamente, las escenas de tu novela. Qué sucede en cada uno de lo fragmentos de la obra.
  • Ambientación: Tiempo y lugar. Debes crear el mundo en el que se moverán tus personajes. ¿Es la España de 2007? ¿Había whatsapp? ¿Cuba, 1494? ¿O un mundo extraterrestre cubierto de junglas tropicales y depredadores gigantes?
  • Personajes: ¿Un protagonista o varios? ¿Son antihéroes? ¿El villano es memorable? ¿Es solo uno o una organización? Todos, héroes y villanos, deben ser realistas y el autor debe comprenderlos al completo. Recuerda que nunca llegarás a conocer por completo a una persona, pero sí a un personaje. Tú los has creado.
  • Narrador: Hay que contar la historia y describir los escenarios. ¿Quién va a contar la historia? ¿Tú, como narrador omnisciente? ¿Ellos, como personajes? El punto de vista influirá notablemente en el lector.
  • Diálogos y acotaciones: Sirven para avanzar en la trama sin tener que explicarlo todo; adicionalmente, es una herramienta poder entender mejor a los personajes y sus motivaciones.
  • Lenguaje: Si ni Dios entiende tus palabras sacadas de la RAE nadie va a leer tu libro. Hazlo sencillo.
  • Ortografía: Por otro lado, no hagas que se arranquen los ojos incluso quienes no sean unos talibanes de la Lengua.
  • Suspense: Anticipar al lector algo que los personajes no saben y que ansíe por llegar hasta ese punto de la novela. El día que lo iban a matar se despertó tarde...
  • Sorpresa: Que el lector exclame "¿Qué cojones...?". Haz que suceda algo que ni el lector ni los personajes se esperaban. Son estas sorpresas las que causan sensación al lector. Recuerda que solo se sorprenderá una vez, he ahí la gracia, por lo que debe ser algo realmente desconcertante.
  • Evitar los tres grandes errores, que yo mismo cometo. Estos son:
  1. Que el comienzo no enganche al lector.
  2. No presentar a los personajes de inmediato. Esto hace que el lector no sepa a quién seguir.
  3. Guardarse información necesaria para entender la historia. Esto se hace sin mala intención cuando se pretende sorprender al lector en algún punto próximo al final de la novela y por querer hacerlo se está privando de un elemento clave para conocer la trama. Mucho cuidado con esto.

Ahora que ya tenéis esta estructura es hora de construir las habitaciones y la fachada. ¡Es hora de completar la obra hasta que sea digna de vosotros!

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